LA VOZ DEL SANDINISMO

Hace más de tres mil años apareció en el oasis de Karakum, en Turkmenistán, la raza de caballo Akhal-Teke, distinguida por su pelaje que brilla a la luz del sol con reflejos metálicos espectaculares.

Por sus características, fue nombrado como el caballo más hermoso del mundo, mientras que en China es conocido como “Caballo del Cielo”.

Expertos explican que ese brillo que los caracteriza se debe a que las proteínas que tienen en el pelo están dispuestas de tal manera que hace que la luz, al refractar en ellos, lo haga como si fuera metal.

Por ese motivo, cada hebra de cabello actúa como un intensificador de la luz solar.

En la actualidad, apenas existen unos mil 250 ejemplares en todo el mundo. Por sus innegables condiciones de vigor y resistencia, son utilizados para carreras y competencias deportivas.

Además, es muy valorado su sorprendente resistencia al calor y a la sequía.

No es un caballo muy alto, mide de 150 a 155 centímetros. Su capa puede ser alazana, negra o torda, aunque principalmente son de un matiz overo, es decir de color castaño con pelos blancos dispersos.

Otras características que lo identifican son su cabeza fina, largas orejas y sus ojos muy vivaces, de tamaño grande. Tienen el pecho pequeño, cuerpo largo y de forma tubular sin profundidad a la altura de la cincha.

En el caso del dorso y el lomo, pueden resultar débiles en caballos menos desarrollados, y aunque los cuartos traseros parezcan escasos y flojos, son fuertes y delgados.

La crin y la cola son más bien escasas.

mem/ele