Curiosidades
Pendiente abajo tras un queso
La localidad inglesa de Brockworth realiza cada año una de las carreras más extravagantes que existen

El hombre siempre se ha visto atraído por la velocidad. Carros tirados por caballos, trineos, coches de motor o los propios pies han valido a lo largo de la historia para buscar a los más rápidos o hábiles en el manejo de algún vehículo.
Sin embargo, pocas carreras son tan insólitas o arriesgadas como la que tiene lugar los últimos lunes de mayo desde hace 180 años en la colina de Cooper, cerca del distrito de Gloucester, Inglaterra. En esa elevación -de pendiente muy inclinada, por cierto- decenas de competidores corren, caen y dan tumbos acrobáticos en pos de un queso rodante.
Aunque es un evento tradicional de la pequeña localidad de Brockworth, el festival Cooper’s Hill Cheese-Rolling and Wake goza de fama internacional y reúne a cientos de espectadores y a varios medios de prensa.
Nadie sabe a ciencia cierta cómo comenzó la peligrosa festividad, pero las primeras referencias escritas datan de 1836 y 48 años más tarde se volvió una cita habitual para los periódicos comarcales. En el presente el programa incluye modalidades para hombres, mujeres y niños.
Alrededor del mediodía, un maestro de ceremonias arroja desde lo más alto de la colina un queso Double Gloucester, de unos cuatro kilogramos, y acto seguido los concursantes se avientan pendiente abajo detrás del redondel. Algunos de ellos apenas ponen los pies en el suelo en un par de ocasiones y completan el recorrido dando involuntarias y extravagantes volteretas.
Resulta ganador y dueño del queso quien lo atrape en plena bajada o cruce primero la meta. Como es de suponer, la cifra de caídas, choques, lesiones y otros accidentes es elevada.
No obstante, la colina se limpia de malezas y piedras la noche anterior a la carrera y el equipo local de rugby se coloca en la línea final para, literalmente, atrapar a los insólitos velocistas.